Algo que tengo muy claro y que mi experiencia me demuestra cada vez más, es que sin una estrategia de redes sociales los resultados son diferentes a cuando la tienes. No diferentes, muy diferentes.
Y esa diferencia se ve a simple vista.
Están los que publican en redes sociales con una estrategia creada, planificada y personalizada para su negocio, y que además tienen un objetivo concreto. Es decir, los que saben que tiene que publicar, a qué público tienen que dirigir su mensaje y la manera de dirigirse a ellos.
Van como un tren, sin salirse de las vías que los llevan a su destino final.
Y luego están los que van sin estrategia, se creen que eso es para sacar el dinero a la gente, que no es tan difícil y que no hace falta “tanta estrategia” para conseguir vender más.
Su estrategia de publicaciones es tirar de lo que tienen a mano, o lo que se les ocurre ese mismo día, ni en que van a publicar mañana para que todo tenga un sentido.
Eso no es publicar, es tirar contenido en redes sociales, es muy diferente una cosa y otra y los resultados te lo demuestran.
¿Y qué pasa con este tipo de gente?
Que descarrilan al poco tiempo, porque lo único que hacen es pasarse el día dando likes a todas las cuentas posibles, poniendo comentarios como si fueran spam y en lugar de conseguir potenciar su marca, lo que hacen es generar un auténtico rechazo.
Se dedican a hacer amigos de su propio sector, cuando lo que interesa es conseguir más clientes para vender más, no hacer amigos que solo te dan likes porque les caes bien.
Vale, pero entonces…